lunes, 16 de diciembre de 2019

LITURGIA FAMILIAR EN LA NOCHEBUENA





Preparado por P. Publio Díaz ocd



L: HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR
T: VENGAN TODOS A ADORARLE
L: EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO
T: AMÉN.
L: Hermanos: “La contemplación de la escena de la Navidad, nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar cada hombre”(AS 1). Esta noche, oremos como familia, creando lazos de unión con los que están y con los que por diversas circunstancias hoy no nos acompañan. Vamos a construir el pesebre:
[Escribir texto]
Oscuridad, cielo, estrellas, noche: “Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento” (AS 4)(se encienden las luces del pesebre)
Ovejas: “De esta manera recordamos como lo habían anunciado los profetas que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías” (AS 5)
Ángeles: “Son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor” (AS 5)
Pastores: “Son los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación. A Dios que viene a nuestro encuentro en el Niño Jesús, los pastores responden poniéndose en camino hacia El, para un encuentro de amor y de agradable asombro” (AS 5)
María: “Es una madre que contempla a su Hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo” (AS 7)
José: “El custodio que nunca se cansa de proteger su familia. José llevaba en su corazón el gran misterio que envolvía a Jesús y María su esposa y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica (AS 7)
Jesús: “Dios se presenta así, en un niño para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma” (AS 8)
L: Al mismo estilo de aquella noche santa estamos invitados a “sentir”, a “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación” (AS 3). Dejémonos envolver y escuchemos con atención el solemne pregón:
L 1: Les anunciamos hermanos, una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo. Escuchen la con corazón gozoso:
Habían pasado miles y miles de años desde que, al principio Dios creó el cielo y la tierra e hizo al hombre a su imagen y semejanza. Miles y miles de años habían transcurrido desde que ceso el diluvio y el Altísimo hizo resplandecer el arco iris, signo de alianza y de paz.
En el año 752 de la fundación de Roma en el año 42 del imperio de Octavio Augusto, mientras sobre toda la tierra reinaba la paz en la sexta edad del mundo, hace 2019 años en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado entonces por los romanos, en un pesebre porque no tenían sitio en la posada, de Santa María la Virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, llamado Mesías y Cristo que es el Salvador que los pueblos esperaban .
Escuchemos el relato evangélico según San Lucas: L 2,1-14: "Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontraran un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»"
L 1: Alégrense, hermanos. Esta es la Buena Noticia del Ángel: “Les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.
L: Hacemos un momento de silencio para dejar que la Palabra de Dios alumbre en nosotros de nuevo a Jesús.
L: Cantamos “Niño lindo” o “Noche de paz” u otro canto que cante el misterio que celebramos (si no se puede cantar, colocar la música en un reproductor de música).
L: La Navidad es presencia de Jesús entre nosotros. Hacemos profesión de fe en su persona. A cada letanía respondemos diciendo CREO.
L 3:
- Existente antes de todos los tiempos.
- Dios verdadero.
- Luz sobre toda luz.
- Engendrado en el seno de María Virgen.
- Hecho hombre en la noche de Belén.
- Hijo dilecto de la familia de Nazaret.
- Salvador del mundo.
- Eterno viviente, muerto y resucitado.
- Cantado por los ángeles en la noche de Belén.
- Predicado en la primera Navidad por los pastores.
- Adorado en su realeza, su divinidad y humanidad por los magos de Oriento.
- Perseguido por el poder y refugiado en tierras extranjeras.
- Buen Pastor, que das la vida por las ovejas.
- Puerta del redil.
- Agua viva, que calmas nuestra sed.
- Hijo Unigénito del Padre.
- Camino que nos lleva al Padre.
- Verdad que revelas el misterio de Dios y del hombre.
- Vida que das plenitud al mundo.
- Vid verdadera en quien permanecemos
- Esposo que nos invitas a la cena de bodas.
- Mesías prometido.
- Pan de vida eterna.
- Rey de paz.
- Señor de la justicia.
- Principio y fin de toda la creación.
- Rey y Señor del universo.
L: Un beso a la imagen del Niño Jesús, sella nuestra adhesión a Jesús, Hijo de Dios (se da a besar la imagen del Niño Jesús)
L: Después de confesar nuestra fe en el Hijo que se nos da como compañero y venerar la imagen del Niño Jesús, colocamos junto a la cuna la carta que hemos preparado con antelación. Ella manifiesta nuestro compromiso por hacer que este misterio se encarne en nuestra vida de cada día y reconocer el poder de Jesús sobre la historia pidiendo su intervención sobre nuestras necesidades y las del mundo.
L: Esta noche respira la paz que nace en el humilde establo. “En cualquier lugar y de cualquiera manera, el belén habla del amor de Dios, del Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que esta de todo ser humano, cualquiera que sea su condición” (AS 10)- La cercanía de ese Dios nos llena de su paz que hoy experimentamos. Como un gesto de esa paz que Dios nos regala, compartimos un gran abrazo de paz.
L: Oramos al Padre del cielo con la oración del PADRE NUESTRO

Oración final:

L: Dios Padre, que nos has mostrado todo tu amor en esta noche a través del nacimiento de tu Hijo, concédenos vivir según este amor que hoy se nos h manifestado. Que María y José, custodios de este gran misterio, nos ayuden no solo a contemplar el don que se nos ha regalado sino a vivir siempre en una constante actitud de hacer la voluntad de Dios como ellos lo hicieron. Amén.

(Si se hace la cena posterior a esta oración, se puede recitar la siguiente bendición)
Oración de bendición de los alimentos en la noche de Navidad:
Con corazón agradecido y lleno de alegría por el gran regalo que nos haces en tu Hijo Jesucristo, cantado por los Ángeles, contemplado por María y José y predicado por los pobres pastores, te pedimos, bendigas, estos alimentos que son dones de tu generosidad y que son símbolo de la mesa de tu Reino que un día, toda la humanidad esperamos compartir. A Dios, que se ha hecho hombre, toda la gloria y bendición, por los siglos de los siglos. Amén.

“Dejemos que del asombro nazca una oración humilde, nuestro “gracias” a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos” (Papa Francisco,“Admirabilis Signum, 10)

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