sábado, 20 de abril de 2019

VIGILIA PASCUAL, Moniciones



MONICIÓN AMBIENTAL:
Hermanos: Vengan todos de los cuatro puntos cardinales. Vengan todos a celebrar la excelencia de esta noche.  El universo todo cante el esplendor de esta Pascua.  Noche que canta la victoria de la vida sobre la muerte.  El pueblo llamado a la salvación recorre la oscuridad de esta noche iluminado por el cirio esplendente, que como columna de fuego cruza su desierto hacia la tierra prometida.  Es Cristo, el Señor resucitado, quien lo conduce.
¡Oh noche, más clara que la alborada!  La Iglesia canta la belleza de esta noche con el solemne pregón pascual en la que celebramos el acontecimiento más Grande sucedido: LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR.

Vengamos todos a celebrar.  Nuestra mirada y nuestro corazón se Iluminen con la claridad de la luz que emana del cuerpo glorificado del Señor Jesús.  Vengan, celebremos la Pascua de Jesús en la comunidad, su victoria sobre la muerte.
LITURGIA DE LA PALABRA:
MONICIPON A LA 1° LECTURA:
La Palabra de Dios es palabra creadora. Por ella surge toda la creación.  Esta es la Pascua de la creación.  Escuchemos
MONICIÓN A LA 2° LECTURA:
La confianza y la fe de Abraham le son reputadas como justificación.  Pascua es ofrecimiento del Hijo amado.  Escuchemos.
MONICIÓN A LA 3° LECTURA:
La liberación del pueblo de Israel de la opresión del Faraón, rey de Egipto, se convierte en paradigma de toda liberación.  Pascua es libertad.  Escuchemos
MONICIÓN A LA 4° LECTURA:
El pueblo desterrado se siente como mujer estéril, como ciudad destruida. Pero de ella no se separa la misericordia de Dios.  Escuchemos.
MONICIÓN A LA 5° LECTURA:
En hambre y la sed del ser humano expresan las necesidades más profundas de la humanidad.  Dios viene al encuentro de esas necesidades.  Pascua es Dios que viene a nuestro encuentro.  Escuchemos.
MONICIÓN A LA 6° LECTURA:
La verdadera sabiduría consiste en escuchar los mandatos del Señor.  El pueblo debe acogerla con una profunda fe.  Pascua es vivir desde esta sabiduría divina.  Escuchemos.
MONICIÓN A LA 7° LECTURA:
La ruina del pueblo está en haber dado su corazón a otros dioses. Dios promete perdonar y renovar los corazones.  Pascua es renovación por la acción del Espíritu del resucitado.  Escuchemos.
MONICIÓN AL GLORIA:
El repique de campanas y el canto alegre del gloria preparan paso a paso a la Asamblea reunida para el anuncio solemne de la resurrección del Señor proclamada en el Evangelio. Lo que fue anunciado en el Antiguo Testamento encuentra en el Nuevo Testamento su realización y plenitud.
MONICIÓN A LA 8° LECTURA:
Los cristianos encuentran en el bautismo su incorporación total y definitiva al misterio pascual de Cristo.  De aquí surge su optimismo y compromiso con la misión de anunciar la salvación dada por Cristo al mundo.  Escuchemos.
MONICION AL ALELUYA-EVANGELIO:
El canto del aleluya nos prepara al solemne anuncio del Evangelio. Su eco se prolongará durante todo el tiempo pascual.  Escucharemos en un ambiente festivo y gozoso el Evangelio de la Pascua.  Las mujeres van muy de mañana en busca de un muerto para ofrecerle un homenaje póstumo, pero son sorprendidas, les sale al paso quien ahora es dueño de la vida.  Pascua es Cristo resucitado de entre los muertos.  Escuchemos con corazón abierto el anuncio de la Pascua.
LITURGIA BAUTISMAL
(SI HAY BAUTIZOS): 
Esta es la noche de la nueva creación.  Los catecúmenos son unidos por medio de las aguas bautismales al misterio de la Pascua de Cristo.  Los elementos preparatorios al bautismo nos ayudaran a comprender la  significación de este acto sacramental.  La nueva vida otorgada por Cristo es dada a raudales a los nuevos bautizados.
(SI NO HAY BAUTIZOS):
Bendición del agua común y realizadas las promesas bautismales, la Asamblea es asperjada con el agua bendita, recordando así que por la Pascua de Cristo hemos sido regenerados y que nuestra vida se convierte en signo testimonial de la presencia vivificadora del Resucitado.  
MONICIÓN  A LA PREPARACIÓN DE LOS DONES:
Llevamos al altar en esta noche solemne lo que hemos recibido como don y tarea: pan y vino que serán transformados por acción del Espíritu Santo en el cuerpo y la sangre del Señor resucitado.    
MONICIÓN A LA COMUNIÓN:
La Iglesia, esposa de Cristo, se sienta en la mesa del Cordero inmaculado, su esposo, a compartir su cuerpo sagrado en un acto de íntima comunión de vida.  Es la Pascua comunicada a la Asamblea.  Cristo resucitado comunica su vida a los creyentes que comulgan con su cuerpo resucitado.
MONICIÓN FINAL: 
Hemos celebrado esta Vigilia, madre de todas las Vigilias del Año Litúrgico.  Lo anunciado lo hemos celebrado.  Se abre para toda la Iglesia un largo período que mostrará en carácter festivo, de compromiso por la vida del que es alcanzado por la Pascua.  Y en esta celebración, ocupa un lugar privilegiado la Santísima Virgen María, Madre de Jesús.  En ella contemplamos al discípulo fiel que comparte con Jesús, su misión y su destino.  Saludémosla con el canto del “Reina del Cielo, alégrate”.

P. Publio Díaz, ocd

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